El periodismo patagónico ¿está preparado para actuar ante una emergencia?

¿tenemos información suficiente?
¿Información suficiente?
En el Valle de Río Negro y Neuquén vivimos aguas abajo de una cadena de embalses artificiales contenidos por represas de tierra y hormigón. Vivimos cercados de ríos, arroyos y canales, en una región cuya geografía ha sido estragada por el avance urbanístico. En este escenario, las probabilidades de que ocurra algún fenómeno natural o artificial que ponga en riesgo de la población no es extraña. Lo que ocurrió en La Plata nos puede pasar aquí, en la región, mañana o en cuatro años.

La intención de este post no es hablar sobre qué tan preparados estamos los y las ciudadanas locales para enfrentar un eventual cataclismo. Es claro que no lo estamos: no sabríamos para dónde ir, si correr o caminar, con qué equipaje, con cuánto tiempo ni siguiendo a quién. Podríamos decir que desde el punto de vista de la información, las poblaciones aguas abajo de las represas estamos condenadas de antemano.

La idea aquí es ver si los y las periodistas regionales estamos capacitados para informar durante y después de una emergencia. Podemos asegurar que no, y sin ser expertos en el tema, pretendemos hacer algunas reflexiones que nos provocaron las experiencias recientes en la región (la Cooperativa Obrera por ejemplo, cuya cobertura fue analizada por el sitio Fuera del Expediente) y en el país (La Plata, Buenos Aires). Son casos que nos dan pistas sobre qué deberíamos hacer pero sobre todo qué no.

  • Cuando los medios deben enfrentar una emergencia, informan hacia adentro de las poblaciones y hacia afuera, en donde hay familiares y amigos atentos. Se lleva información a personas en estado de shock, con un altísimo nivel de angustia y desesperación.
  • Está claro que para la gente afectada la radio es quizás el principal medio de comunicación. Sin luz, sin comunicaciones, no se puede pensar dentro de un medio en trabajar sólo con los datos de la gente que llama: es preciso estar en la calle. Más que nunca. No existe internet ni red social que (sobre todo) en estos casos, reemplace la calle.
  • Información oficial centralizada. No significa que sea una sola persona la que informe. Sería imposible pensar que un sólo ser humano pueda atender la demanda de cientos y hasta miles de medios que quieren saber qué pasa. Muchas voces, pero con mensajes claros. No ayuda un simple conteo de muertos y desaparecidos, sino que las voces oficiales tienen que informar hacia adentro qué hacer, cómo, dónde. Información útil. Lo que no puede ocurrir (como ha pasado) es que ningún funcionario hable.
  • Medios de comunicación y periodistas que actúen con prudencia, profesionalismo y seriedad. Aquí no hay pelea por la primicia. Nadie gana nada, pero muchos pueden perderlo todo. Chequear las fuentes es una obligación del periodismo, pero en estos casos hay que duplicar y triplicar el trabajo. No se pueden multiplicar simples versiones, ni comentarios sin previa corroboración. La gente espera información de los medios: qué hacer, cómo, adónde ir. Señales claras, fuentes confiables, datos precisos. También algo de tranquilidad, y no transmisiones de box. La falta de información oficial, no habilita el vale todo.

  • En algún manual sobre cómo actuar durante una emergencia, se recomendaba una transmisión centralizada de los medios durante el transcurso de la catástrofe. No creemos que eso tenga sentido en estos tiempos en que las redes sociales construyen un relato paralelo al de los medios. De modo que el posteo en redes, sobre todo de periodistas y comunicadores y comunicadoras, debe ser igual de responsable que en los medios. Después de todos, las redes son medios de reproducción viral de noticias. Durante la tragedia de La Plata vimos relatos conmovedores (vean si no a @sevdigiovani) pero también informaciones sin demasiado chequeo que se expandieron como reguero de pólvora y llevaron más angustia y desesperación. La gente tiene una necesidad imperiosa de postear si es que sus redes están en pie. Pero quienes tenemos como oficio el de informar, debemos aplicar criterios de verificación estrictos. Sobre todo sabiendo que mucha gente nos sigue porque nos dedicamos a esto.

  • Por último creemos que es fundamental capacitarnos sobre el tema. Saber cómo actuar antes, durante y después de una emergencia. Desde los organismos oficiales ad hoc (AIC, Orsep, Defensa Civil), las comunas, los gobiernos provinciales, pero también desde los gremios, las facultades y escuelas.

Somos docentes de la Universidad Nacional del Comahue y escribimos desde el norte de la Patagonia, Argentina.
Investigamos sobre periodismo impreso y digital.

General Roca, Argentina