Sólo Son Setenta Años
Surgido hace siete décadas, el peronismo no ofrece resistencias a su persistente resignificación. La última acción
en esa línea la presentó, hace unos días, un candidato a presidente de la
Nación como motivo de la inauguración de un monumento al creador del movimiento
nacional justicialista.
El hecho político remite a los generales argentinos que, en situación de retiro, viajaban a Madrid a
entrevistarse con el líder peronista en el exilio. Querían ser bendecidos.
Olvidaban que habían conspirado, reprimido, golpeado al sistema institucional
argentino excluyendo al peronismo, desde 1955. El anfitrión de Puerta de Hierro les comentaba el
infortunio de no haber… “venido cuando usted era comandante, con fierros” y
concluía “ahora, de generales retirados tengo un ejército”.
Desde el “aluvión zoológico”, frase adjudicada a un político tradicional
con motivo de la marcha a Plaza de Mayo en 1945, hasta la vinculación nazi del
gobierno iniciado en 1946 y derrocado en
1955, se puede incluir todo lo que esté a la mano. La observación peyorativa complació a muchos y aglutinó a más. La frase otorgó identidad.
Como dijo un historiador británico “después del 17 de octubre el país ya
no sería el mismo”. La vida cotidiana
confirma el “hecho maldito del país burgués” según
John W. Cooke. El peronismo preside
la gran mesa electoral argentina en su setenta cumpleaños. Se verificará para los aspirantes a la Casa Rosada aquello
que el antiguo líder dedujo “…Mire, hay
radicales, socialistas, conservadores, comunistas pero peronistas somos todos
En 1955, después de querer eliminar a Perón con un bombardeo sobre la
Casa Rosada y una vez tomado el poder en septiembre del mismo año, los autoproclamados
libertadores decretaron el cese el peronismo. Fue la primera conquista de los
derrotados para permanecer en el torrente cultural y político interminable de
la historia nacional.
A partir de allí, juntas consultivas de por medio, la marcha
institucional estuvo subordinada a la virtudes y defectos del conductor degradado y desterrado. Con millones
de seguidores que supieron eludir el cerco de la censura, persecuciones,
marginaciones y hasta fusilamientos.
Si se repasan los ciclos presidenciales se puede convenir en el énfasis
del anti peronismo en vitalizar el llamado justicialismo. Cualquier intento de
superación de la antinomia era de suyo rechazado. Los guardianes de la conciencia
moral de los argentinos siempre estuvieron listos para impedirlo.
Ocurrió en la misma “revolución
libertadora” (1955-1958) La declaración de “ni vencedores ni
vencidos” y su consecuente programa de
mantener las conquistas sociales alcanzadas por sectores postergados, fue
motivo de discordia y concluyó con la renuncia del jefe del golpe de Estado. Los
vencedores fueron vencidos, en términos de la historiadora argentina Mª Estela
Spinelli.
El gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962) es expulsado luego de 32
planteos militares. El vértigo del plan desarrollista no fue suficiente para dejar fluir el funcionamiento
republicano. “Había ganado con votos peronistas”, cuestión que lo comprometía
con el campo electoral a futuro. ¿No
convenía el proyecto económico del frondicismo? La mirada de estadista del presidente sobre
los problemas nacionales e internacionales no alcanzó para contener la vuelta redentora al pasado. Impedir el libre juego electoral por temor a los que marchaban bajo la égida del general exiliado.
Illia, asumió con el 25 % de votos. La abstención peronista
se hizo notar y su gobierno conllevó la fragilidad. Una gestión donde predominó
la libertad y un intento –ahora reconocido con nostalgia- de gestionar con
honestidad y republicanismo. La apertura electoral al peronismo más otras
decisiones económicas favorables para el país condujeron a Illia al sometimiento de la práctica del
“golpe de Estado permanente” sistema en
uso en la Argentina posterior a 1955, según los historiadores Alain Rouquié y
Robert A. Potash. Illia fue destituido con
indiferencia y hasta júbilo civil. Su gobierno cubrió los años de 1963 a
1966.
Eliminado Arturo U. Illia del gobierno
nacional, brota un intento refundacional desde el partido militar. Regreso al pasado.
Clausura de partidos políticos, instituciones del Estado y medios de
comunicación. La reserva moral de la
Argentina tomó el poder con corrientes
sindicales de apoyo. Luego vendrá el cordobazo y la decadencia de la “revolución
argentina”. Lanusse, veterano golpista desde el año 1951, encabezó la demandada
transición que envolvió
el retorno de Perón. El ciclo ocupó el lapso 1966 a 1973. Esos casi ocho años potenciaron lo prohibido:sumaron miles de jóvenes de clase media hijos de padres resistentes a los programas justicialistas de los 40 y 50.
Entre 1976 y 1983 se instala un gobierno ilegal con el título de
“proceso de reorganización nacional” Una larga noche se extenderá por el país.
El plan económico de tono anacrónico pretendió
regresar el país a un contexto pre peronista. Se sostuvo con represión implacable. Las guerrillas urbanas y
rurales fueron combatidas con las fuerzas del Estado. La muerte y
desapariciones eran la manifestación
concreta de la dictadura. Los DD.HH. son conculcados. En ese decurso, un posible enfrentamiento
armado con
Chile espantó a los argentinos. Luego, la guerra de Malvinas será el detonante
para impulsar una demanda de la sociedad civil: elecciones. El silencio militar no abatió las conciencias de los partidarios del movimiento de los descamisados: poco a poco el tejido resignificante resresaba, con signos de agotamiento. Un brisa de cambio captó los corazones de millones que decidieron un intervalo con promesa de distinto.
El 10 de diciembre de 1983, asumió la presidencia de la República Raúl Ricardo
Alfonsín. Durante la campaña electoral Alfonsín supo dejar de resignificar al
peronismo. Una actitud inteligente, madura, con vistas a integrar y superar el
hecho maldito. Cautivó y enamoró al electorado con preeminencia de los jóvenes
que observaron en el postulante radical
algo nuevo, distinto, sin rencores y que prometía “una bisagra en la
historia”. Fue una presidencia con
dificultades, desempeñada con valentía.
El juicio a las juntas militares, cuando las fuerzas armadas tenían poder, se
reconoce como un punto culminante en la historia de la argentina y de América
latina. Sin plan económico consistente,
bajo el drama de la inflación, huelgas
descontento, debió declinar su presidencia y llamar a elecciones
en 1989. También Alfonsín creyó posible “un tercer movimiento histórico”
Aparece en el escenario un caudillo riojano y peronista:
Carlos Saúl Menem Prometió no defraudar y una “revolución productiva”. Sonriente, seductor y con aspecto folklórico, estética que se irá sustituyendo de manera simbólica y de acuerdo con medidas
drásticas en relación con la soberanía nacional. El viejo plan de desarticular
la malla económica y social entró en vigencia con el simpático provinciano
norteño. No obstante sus medidas estructurales en contra del país fue
ratificado en un segundo gobierno. La Argentina es otra y la exclusión escribe su marca. La Nación dejó de ser propietaria de sus recursos
hídricos, FF.CC. fábricas militares e infraestructura estatal forjada por
generaciones de argentinos. El modelo mal
dispuesto endeudó a la población. Con mas pena que gloria el llamado menemismo
crujió y debió retirarse frente a un nuevo adversario
denominado “alianza”. Un país detenido y
una oportunidad para los no peronistas.
Triunfó la coalición en 1999. Fernando de
la Rúa
asume la primera magistratura. Errático en planes y proyectos para la
gran ocasión de superar al peronismo, falla en todos los frentes. Escándalos en
el Congreso, renuncia del vicepresidente y la influencia de sus hijos en las
decisiones lo superaron y con una gran
revuelta popular es desalojado de la Rosada en diciembre de 2001.
El tiempo de gobernar por sobre el justicialismo se había cumplido. El sueño de una democracia formal, seria, previsible se derrumbó.
Desde el 2001 hasta el 25 de mayo de 2003, la galería se nutrió de
personajes presidenciales. Alucinó, superó todas las previsiones. El interinato de
Eduardo Duhalde transcurre al borde del permanente colapso con signos de
recuperación al final. Las elecciones
darán otro ricorsi al péndulo del peronismo. La causa de todos los males para unos y el bienestar para otros se presentó con nuevos componentes en su plataforma. Volvió a observarse con simpatía a la corriente nacida a mediados de la década de 1940.
El
25 de mayo de 2003 asumió, luego de una interna con Menem, Néstor Carlos Kirchner. Con el
marco político de un Frente, en su mayoría peronista, gobernó por cuatro años y fue reemplazado, por
voto popular, por su esposa Cristina
Fernández. Cumplidos otros cuatro años, Cristina Fernández fue reelecta y concluirá
su gobierno el 10 de diciembre de
2015. Una década de resignificación elaborada por los propios oficialistas y
opositores de todas las vertientes. Algunos creen en el cansancio de la sociedad civil con las ideas y conductas del movimiento justicialista.
Los
últimos 12 años están frescos en la memoria de los argentinos.
Las
elecciones para elegir un nuevo gobierno serán el 25 de octubre de 2015. Las
estrategias de comunicación electoral de los candidatos serán materia de
investigación. ¿Cómo relacionar la actual era de la información y el
conocimiento con los mensajes recibidos?
No obstante la carga de entropía, se espera que el
veredicto ciudadano sea “para bien de todos y no para mal de ninguno”.
General Roca, Río Negro, 10 de octubre de
2015
Nota: La
palabra resignificar no está registrada en el Diccionario de la Real Academia Española. (RAE) Es un
vocablo muy utilizado en las aulas
universitarias y puede traducirse, la
idea de resignificación, en otorgar
una nueva transcendencia a un
acontecimiento o a una conducta.
*Periodista. Profesor Temporal del Seminario Medios, Periodismo y Política. Carrera de Comunicación Social. UNComahue. Argentina
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1 comentarios:
Un gran poder de síntesis para reflejar un país convulsionado. La puesta en perspectiva puede ayudar a reflexionar sin tantos prejuicios. Y a mirar nuestros límites o marcos de análisis de otra manera.
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