No es cierto lo que dicen: hace diez años existía internet, y no: los dinosaurios ya no plagaban la faz de la tierra.
Entre 1980 y 1990 se había desarrollado y extendido el uso de la PC y las Mc, nacía Windows, los servidores abiertos de internet, la expansión del email, entre otros avances. Incluso fue en el 2000 cuando estallaron por el aire las llamadas “puntocom”, derribando el mito de la nueva economía.
Paralelamente, la web lograba su expansión inicial en su versión 1.0. Es decir, la web para ser leída.
Desde el área de Periodismo Impreso de la carrera, decidimos que no podíamos estar afuera de este nuevo desarrollo. No sabíamos muy bien cómo, pero era claro que debíamos ofrecer contenidos para informar. Y fue así que al mismo tiempo que el mundo entero se maravillaba con Wikipedia, en Comahue dimos nacimiento a Red-acción, el sitio del área con información concreta: programas, textos, documentos.
En 2003, antes de que Facebook se abriera como una red de interacción entre estudiantes de la Universidad de Harvard y Youtube se mostrara al mundo como una red de video incipiente, aquí se aprobaba ese nuevo plan para la carrera de Comunicación Social.
Desde 2006 para acá, podemos contar la historia juntos. La expansión de Facebook, la aparición de Twitter, nuevas redes, nuevos dispositivos, nuevos desafíos para el periodismo digital. La web 2.0. Esto nos hizo ver claramente que era tiempo de empezar a producir respetando dos premisas básicas: adaptarnos al nuevo medio, sin perder profundidad. Explotar a fondo todo su potencial, y experimentar, experimentar y experimentar.
Nuestro lema siempre fue: somos fabricantes. Y teníamos claro que no todo estaba claro. Nos convertimos en guías de un proceso que no estaba -ni está- ni listo, ni cerrado, ni terminado. Podríamos decir que estamos “transicionando” en el universo del periodismo digital, de las tecnologías y del desarrollo de la web.
En este camino, tenemos mucho por enseñar, pero infinitamente más que aprender. Y sin duda ustedes, jóvenes periodistas, nativas digitales, creativos, talentosas, atrevidos, osadas, abrirán nuevos caminos, otros horizontes, de los que nos gustaría ser parte.
Cada día, cada mañana, el joven aprendiz shaolín Kwai Chang Caine, le preguntaba a su maestro cuando estaría listo para marchar por el mundo. “Cuando logres arrabatarme los guijarros de la mano”, le respondía inexorablemente el maestro Po. Esto es precisamente lo que festejamos hoy: que ustedes se hayan convertido en nuestros maestros y maestras. Twittear
1 comentarios:
Muy buena crónica Fabián, siempre es un lujo leerte. Te mando un gran abrazo!!
Publicar un comentario