Cartel de la campaña en los primeros en la década de 2010
Por Juan Carlos Bergonzi
Entre 1897 y 1899, tres años, se construyó el ramal ferroviario Bahia Blanca- La Confluencia (Cipolletti). La velocidad en su concreción se debió a una exigencia de seguridad nacional. La probabilidad de un enfrentamiento armado, guerra, de Chile con nuestro país, demandó esta obra en tiempo record. Felizmente el hecho bélico no ocurrió.
En 2006, en la biblioteca principal de Cipolletti una comisión de vecinos emprendió una campaña para poner en circulación un tren de pasajeros entre Senillosa y Chichinales. Los rieles y estaciones estaban disponibles. El entusiasmo cívico era extraordinario con la idea. Se pedía que un coche motor cubriera el trayecto y comunicara, trasladara a cientos pobladores del bendecido Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
En 2015 llegó ese tren, pero con un detalle: solo uniría Neuquén con Cipolletti. El público igual avaló y festejó este modesto comienzo. Estamos a casi 20 años de aquella ferviente y noble iniciativa ciudadana. El tren sólo corre por territorio neuquino.
Se ha encendido, por parte de la administración provincial una luz sobre extender, hacia la provincia de Río Negro, el servicio. ¡En buena hora! . Estas novedades ocurren en el contexto de grandes proyectos relacionados con el petróleo y gas en el golfo San Matías.
Un tren de pasajeros como el comentado, se hace imprescindible, más cuando el estancamiento de las obras en la ruta nacional/internacional 22 no se supera con final previsible.
En medio de fechas y lapsos, ilusiones y frustraciones no se puede dejar de recordar al filósofo español, de visita por nuestro país, recomendar con énfasis una memorable sugerencia "Argentinos a las cosas". (Ortega y Gasset. La Plata, 1939)
*Diseño del cartel: profesor Julio Bariani
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